Ayer, tres gatos intentaron entrar en casa. Cerré las ventanas y pasaron horas mirando desde el balcón mientras yo tomaba mate, y mientras leía los miraba de reojo.
Temo que falta poco para que empecemos a tener conversaciones interesantes quien sabe sobre qué cosas.
Temo que las letras que saqué de "Kafka en la orilla" y tengo tatuadas...
No, no podría ser tan bueno.
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