El otro día después de marchar Nano me dijo que hay que terminar con los miedos, que son los mayores obstáculos de la vida y una vez fuera no tenemos limite alguno.
N: El hombre le teme universalmente a tres cosas… (1) a dios, (2) a la muerte y (3) a la soledad.
C: No creo en dios por lo tanto no le temo, (2) no me da miedo la muerte porque… (y acá no sé que dije pero lo que sigue es mi razonamiento tardío y poco claro…) la muerte no me da miedo porque soy feliz con mi vida y creo que mal o bien siempre hice lo que tuve ganas y no me arrepiento de las cosas, todo tuvo cierto orden y fue parte de un Causa – Efecto. Mientras siga de esta manera no importa cuanto dure, Calidad VS Cantidad.
Pero me quedo pensando en esto y salta a la superficie una voz interior que me dice que muchas de las cosas que hice o hago mal podrían ser evitadas si tan sólo me escuchara, si prestara realmente atención a mis deseos y mis necesidades, no hacer esto o aquellos “porque me pinta hacerlo”, porque cada acción tiene sus consecuencias y aunque seamos capaces de hacerle frente sería mejor, más sano, no chocar contra nuestros “yo” interiores, buscar la alineación, el equilibrio, y no joder a nadie que pase justo por al lado. Logrando esto dejaríamos de temer al punto (3) la soledad, porque nos manejaríamos todos dentro de una nueva y sana realidad. Somos todos demasiado similares como para contaminarnos tanto unos a otros. Nuestra esencia es necesitarnos.